Home » Blog » Apertura de restaurantes » ¿Qué tipo de restaurante abrir según tu perfil empresarial?
El tipo de restaurante que debes abrir depende totalmente de tu perfil empresarial: si eres inversor, apuesta por modelos escalables y delegables; si eres apasionado de la gastronomía, elige un concepto donde puedas involucrarte y aportar valor; y si buscas autoempleo, opta por formatos sencillos y de gestión directa para minimizar riesgos y maximizar control. Oliva Consulting puede ayudarte con esto.
Te invitamos a leer el artículo completo para que identifiques claramente tu perfil, evalúes las opciones que mejor se adaptan a tus objetivos y tomes una decisión informada que aumente tus probabilidades de éxito en el sector de la restauración.
Tabla de contenido
Elegir el tipo de restaurante correcto no es solo una cuestión de gusto gastronómico. Es una decisión estratégica que puede marcar la diferencia entre un negocio rentable y uno que absorba tu tiempo, tu dinero y tu paciencia sin resultados. Con un mercado gastronómico en España más competitivo que nunca, tomar esta decisión apoyado en tu perfil personal y profesional ya no es opcional, es necesario.
Muchos emprendedores e inversores cometen el error de dejarse llevar por una moda o por una idea romántica de lo que significa tener un restaurante. Imaginan cenas con velas, clientes satisfechos y platos elegantes, pero ignoran la realidad financiera y operativa que hay detrás. Abrir cualquier restaurante no tiene sentido. Abrir el tipo correcto de restaurante para ti, según lo que sabes hacer, lo que puedes invertir y cómo quieres vivir, eso sí marca la diferencia.
En España, coexisten desde restaurantes tradicionales de barrio hasta gastrobares de autor, cadenas de comida rápida saludable, experiencias sensoriales de alta gama y conceptos de catering especializado. Cada modelo tiene un nivel distinto de exigencia, de inversión, de rentabilidad esperada y de riesgo.
¿Quieres algo que puedas manejar tú mismo con agilidad? ¿O prefieres apuntar alto y delegar en un equipo profesional? ¿Buscas retorno rápido, o prefieres construir una marca fuerte a largo plazo? Eso es lo que tienes que preguntarte antes de firmar ningún contrato, alquilar un local o contratar a un chef.
Este artículo no va de teorías bonitas. Vamos directo a lo que importa: entender tu perfil como emprendedor o inversor y vincularlo con el tipo de restaurante que realmente tiene sentido poner en marcha. Porque cuando tus fortalezas, tus objetivos y tu formato de negocio están alineados, todo fluye mejor: el equipo funciona, los números cuadran y el esfuerzo trae resultados claros.
Perfil del emprendedor e inversor en el sector gastronómico
No todos los que quieren abrir un restaurante vienen del mismo sitio ni buscan lo mismo. En España, vemos perfiles muy distintos entre propietarios, inversores, y operadores dentro del mundo de la restauración, el catering y la gestión hotelera. Conocer tu punto de partida es clave para evitar errores y elegir un modelo de negocio que esté dentro de tus capacidades reales, no solo de tus ilusiones.
Tipos de perfiles más comunes
- El cocinero-propietario sin experiencia en gestión de restaurantes: Tiene formación culinaria, ha pasado años en cocina y quiere montar su propio concepto. Tiene claro qué tipo de comida quiere servir, pero a menudo no domina la parte de gestión, marketing o contabilidad. Suele tener pasión de sobra y presupuesto ajustado.
- El inversor con capital pero sin experiencia operativa: Le interesa la hostelería como negocio y busca rentabilidad, delegando la operación. Puede poner dinero, pero necesita un socio operativo o contratar un buen equipo. Este perfil soporta mayor inversión y suele tolerar más riesgo si el plan es sólido.
- El gestor hotelero o de catering que quiere diversificar: Ya conoce el sector desde otra área y busca extender su oferta. Tiene experiencia en planificación operativa, compras, personal y sabe lo que significa manejar márgenes estrechos. Muchas veces quiere optimizar estructuras que ya tiene montadas.
- El apasionado por la comida sin experiencia previa en gestión de restaurantes: Le encanta la cocina, ha viajado, probado de todo y sueña con su restaurante ideal. Aquí aparece uno de los perfiles con más riesgo si no se rodea de profesionales. La falta de conocimientos prácticos puede tumbar el proyecto en el primer año.
Las variables que definen tu perfil
Más allá del título profesional, hay cinco factores clave que influyen en tu perfil como emprendedor gastronómico:
- Experiencia previa: ¿Has trabajado en restauración? ¿Sabes lo que implica abrir cada mañana, recibir proveedores, coordinar sala y cocina? Porque una cosa es cenar bien y otra dirigir un servicio con presión.
- Capacidad de inversión: Eso define mucho el tipo de local que puedes montar. Un gastrobar bien montado en centro urbano no baja de los 180.000 euros de inversión inicial en España. Si no llegas, hay formatos más ligeros igual de rentables.
- Tolerancia al riesgo: ¿Prefieres algo más estable aunque dé menos, o estás dispuesto a arriesgar para buscar rentabilidades altas? Define si vas al modelo franquicia, a concepto gourmet propio o a dark kitchen digital.
- Habilidades administrativas: ¿Llevas tú la caja, los turnos, los pedidos, la gestión fiscal? O necesitas un socio o gestor externo. Algunos tipos de negocio exigen más control diario; otros pueden funcionar con estructura delegada.
- Pasión culinaria: No es obligatorio, pero ayuda. Tener interés real por la propuesta gastronómica suele marcar una diferencia en la calidad, en la consistencia y en la motivación cuando lleguen los meses duros.
Tu perfil no te limita. Te orienta. Si sabes exactamente desde dónde partes, tomarás decisiones más inteligentes. Por ejemplo, si tienes poca experiencia y bajo presupuesto, arrancar con un food truck o un pequeño catering puede ser una jugada sensata. Si tienes capital, visión y sabes crear equipos, puedes ir a por un concepto de autor o a una cadena multisede.
No se trata de soñar con cualquier tipo de restaurante. Se trata de elegir el tipo que puedas manejar hoy y escalar mañana.
Tipos de restaurantes comunes en España y sus características
No todos los formatos de restaurante sirven para todos. Lo que funciona en el centro de Madrid puede ser un fracaso en un pueblo de Zaragoza, y un modelo rentable con tres empleados se puede hundir cuando tienes que contratar veinte. Por eso conocer a fondo los tipos de restaurantes más comunes en España te ayuda a elegir con visión, no por impulso.
1. Restaurantes tradicionales españoles
Son los de siempre: menú de cuchara, carnes, pescados, postres caseros. Funcionan bien en barrios residenciales, zonas rurales y entornos donde la clientela busca cocina familiar o recetas de toda la vida.
- Modelo de negocio: Cocina basada en productos locales, buenos márgenes si se gestiona bien.
- Inversión requerida: Baja a media (desde 60.000 € si reaprovechas un local existente).
- Target: Público local, repetidor, habitual. Personas mayores, familias, obreros.
- Oportunidades: Alta fidelidad del cliente si tiene buena relación calidad-precio. Menor rotación de personal.
2. Cocinas temáticas (mexicana, japonesa, peruana, etc.)
Siguen creciendo en ciudades medianas y grandes. Funcionan bien cuando hay ejecución auténtica y propuesta clara. Ojito con los conceptos genéricos: nadie quiere un “asiático de todo y nada”.
- Modelo de negocio: Platos específicos, ambientación temática, control de calidad clave.
- Inversión requerida: Media a alta (90.000 € – 200.000 € según nivel de detalle y localización).
- Target: Público urbano, joven, con curiosidad gastronómica y poder adquisitivo medio-alto.
- Oportunidades: Si aciertas con la propuesta, puedes escalar con franquicias o delivery.
3. Comida rápida saludable
El boom del “fast good” no ha parado. Ensaladas, wraps, pokes, bowls de quinoa… Lo que va rápido pero no te da remordimiento. Ideal en zonas de oficinas y ciudades universitarias.
- Modelo de negocio: Alto volumen, baja complejidad operativa, mucha rotación.
- Inversión requerida: Media, optimizable si reduces sala y te enfocas en take-away.
- Target: Millennials, trabajadores que comen fuera a diario, clientes fitness.
- Oportunidades: Fácil expansión a marca digital o para delivery. Menú escalable.
4. Gastrobares
Alta cocina aplicada al tapeo. Platos pequeños, ingredientes premium, técnica cuidada. Están en auge en ciudades con vida gastronómica, pero necesitas nivel en cocina y marketing para destacar.
- Modelo de negocio: Honor al producto, experiencia cuidada, carta corta y efectiva.
- Inversión requerida: Alta. Mínimo 150.000 € para montar uno competitivo.
- Target: Foodies, parejas, grupos pequeños. No es para prisas ni presupuestos ajustados.
- Oportunidades: Posicionamiento fuerte como marca local. Potencial de reconocimiento y premios.
5. Restaurantes de lujo
Alta restauración, servicio de sala impecable, bodega potente, diseño exclusivo. España ya no es ajena al segmento fine dining, pero los costes (y el riesgo) son altos.
- Modelo de negocio: Ingreso por cubierto alto, margen estrecho, reputación clave.
- Inversión requerida: Muy alta. De 300.000 € en adelante. Y necesitas chef de renombre o concepto único.
- Target: Turismo premium, ejecutivos, celebraciones, perfiles con alto poder adquisitivo.
- Oportunidades: Alta visibilidad, pero muy competitivo. Puede multiplicar valor si triunfa, pero no hay red de seguridad.
6. Restaurantes de menú del día
Modelo clásico de volumen: 3 entrantes, 3 segundos, postre o café, y a rotar mesas. Si tienes buen flujo peatonal o cerca de instituciones u oficinas, es un formato probado.
- Modelo de negocio: Precios cerrados, alta eficiencia operativa, márgenes ajustados.
- Inversión requerida: Media. A partir de 70.000 € si el local ya tiene salida de humos.
- Target: Trabajadores de zona, clientes de paso, clientela regular.
- Oportunidades: Buena recurrencia diaria. Si optimizas compras y personal, puede ser muy estable.
7. Catering especializado
No necesitas montar sala, pero sí tener una cocina operativa sólida y logística controlada. Funciona bien con empresas, bodas, eventos o fiestas privadas. Ideal si ya tienes contactos o experiencia.
- Modelo de negocio: Producción bajo pedido, calendario estacional, dependencia de agenda.
- Inversión requerida: Variable. Desde 40.000 € para empezar con cocina compartida o en formato ghost kitchen.
- Target: Empresas, parejas que se casan, organizadores de eventos, productoras.
- Oportunidades: Escalable si dominas operativa y servicio. Puedes especializarte en nichos como vegano, sin gluten o lujo corporativo.
No todos estos tipos son para ti. Pero uno te viene perfecto si sabes mirarte bien.
Elegir es renunciar. Lo que importa no es que tu restaurante suene bonito en redes, sino que cruce rentabilidad con lo que tú puedes asumir hoy.
Cómo elegir el tipo de restaurante según tu perfil
Ya sabes quién eres en este juego: tienes claras tus fortalezas, conoces tus límites y sabes cuánto estás dispuesto a invertir. Ahora viene la parte que marca la diferencia: elegir el tipo de restaurante que encaja contigo, no con las modas ni con lo que montó tu cuñado.
Vamos a emparejar perfiles reales con formatos de restaurante que tienen sentido en España. Nada de teoría. Casos concretos, decisiones inteligentes.
Si eres cocinero con poca experiencia en gestión y presupuesto limitado
Lo tuyo no es arrancar con un restaurante de lujo ni con una cocina temática con inversión alta. Empieza donde puedas controlar bien cada plato, cada compra, cada cliente.
- Recomendado: Restaurante tradicional de barrio, pequeño local de menú del día o food truck.
- Por qué: Baja inversión, operativa sencilla, puedes estar en cocina tú mismo. Cliente local constante y margen si haces bien las compras.
Ejemplo: Pilar, cocinera en una residencia de mayores, monta su propio bar-restaurante en su pueblo con un menú de 12 €. Cocina ella, su marido atiende. Ganan poco a poco, pero todo es suyo.
Si eres inversor sin experiencia operativa pero con capital medio o alto
No te metas en fregados que requieren tu presencia diaria. Necesitas algo que se pueda delegar sin que te explote en las manos.
- Recomendado: Franquicia de comida rápida saludable, dark kitchen digital o cocina temática con socio operativo.
- Por qué: Modelo probado, manuales operativos, escalabilidad. Si tienes visión y equipo gestor, puedes crecer con cabeza.
Ejemplo: Carlos hereda un local en el centro de Valencia. En lugar de montar “el italiano del barrio”, compra una licencia de franquicia de poke bowls. Contrata gestor y chef. En seis meses abre el segundo en Alicante.
Si vienes del sector hotelero o catering y quieres diversificar
Ya conoces la operativa, los proveedores, los márgenes. Puedes aprovechar sinergias y personal propio. Tienes ventaja.
- Recomendado: Catering especializado, restaurante temático dentro del hotel, dark kitchen para complementar oferta.
- Por qué: Puedes bajar costes usando recursos que ya tienes. Además, conoces bien el comportamiento del cliente.
Ejemplo: Marta gestiona un pequeño hotel rural en Huesca. Su cocina está libre la mitad del tiempo. Decide lanzar un catering de eventos corporativos para Zaragoza, usando esa infraestructura ociosa.
Si eres un foodie sin experiencia previa pero con pasión auténtica
Pasión no paga facturas. Pero si te rodeas de profesionales y mantienes los pies en el suelo, puedes hacerlo bien. Eso sí, nada de improvisar.
- Recomendado: Gastrobar pequeño con chef socio, concepto temático con consultor experto, pop-up de validación previa.
- Por qué: Te permitirá aprender con control, limitar pérdida si no funciona y quizás escalar si el concepto gusta.
Ejemplo: Nuria, ingeniera y amante de la cocina japonesa, se asocia con un itamae catalán para abrir un local de 30m² con 12 plazas frente al mercado. Producto de temporada, carta mínima, experiencia personalizada. Reservas llenas tres semanas.
Si tienes experiencia operativa, conocimientos técnicos y tolerancia al riesgo
Tu perfil permite ambición. Puedes ir a por un concepto más original, con potencial de premios y visibilidad.
- Recomendado: Cocina de autor, restaurante de lujo o multiespacio artístico-gastronómico.
- Por qué: Tienes lo que pocos tienen: técnica, visión y sangre fría. El mercado te puede premiar, pero exige todo de ti.
Ejemplo: Sergio pasó diez años en cocinas con estrella. Junta 400.000 € con ayuda de un inversor y abre un restaurante conceptual en Bilbao centrado en fermentaciones. Pocas mesas, menú cerrado, experiencia total. Se convierte en destino gastronómico.
¿Y si solo quieres un negocio rentable con baja presión diaria?
No todos quieren un restaurante icónico. Algunos solo quieren que la caja cuadre, que el equipo funcione y que la vida no sea una montaña rusa.
- Recomendado: Restaurante de menú del día bien ubicado, franquicia sencilla o dark kitchen sin atención al público.
- Por qué: Operativas claras, bajo riesgo si el sitio es bueno. Puedes delegar parcialmente sin morir de ansiedad.
Ejemplo: Juanjo, ex transportista, invierte sus ahorros en un restaurante de menú fijo frente a un registro de la propiedad. Solo abre de lunes a viernes, llena cada día con empleados públicos. Vive tranquilo y gana bien.
¿La clave? No elijas desde la emoción. Elige desde el conocimiento de ti mismo.
Montar un restaurante no es para impresionar a nadie. Es para ganar dinero, tener vida y trabajar en algo que controlas. Si tu perfil encaja con el modelo, todo fluye. Si no, el restaurante te arrastra. Así de claro.
Análisis del mercado y tendencias actuales en la restauración en España
Si estás pensando en abrir un restaurante este año, tienes que entender dónde está el mercado ahora y hacia dónde va. Porque por muy buena que sea tu idea, si la montas fuera de contexto, se estrella. Las decisiones que tomes hoy tienen que tener sentido mirando los próximos tres o cinco años, no solo el verano que viene.
Datos clave del sector restauración en España
España sigue siendo uno de los países europeos con mayor gasto per cápita en hostelería. Según los últimos datos del INE y Hostelería de España:
- El gasto medio anual en restauración se sitúa ya por encima de los 2.200 € por persona, con especial peso en las ciudades grandes y zonas turísticas.
- Más del 70% de los clientes en áreas urbanas combinan consumo en local con delivery, dependiendo del momento del día y del tipo de comida.
- Los negocios con identidad clara y propuesta de valor concreta muestran una tasa de supervivencia del 60% a 5 años, frente al 38% de los genéricos.
Entiende esto: el cliente español de hoy es más exigente, selectivo y digitalizado. No basta con tener buena comida. Hay que tener formato, experiencia, narrativa, canal de venta y agilidad operativa.
Tendencias que marcan el presente (y el futuro inmediato)
1. Sostenibilidad ya no es opcional
No se trata de postureo ecológico. El cliente quiere transparencia real en origen, desperdicio y procesos. Los restaurantes que comunican bien su trazabilidad, controlan porciones, minimizan packaging y trabajan con proveedores locales, captan más fidelidad y mejor reputación tanto en Google como en redes. Incluso en concursos públicos, los criterios de sostenibilidad pesan más que antes.
2. Digitalización integrada y natural
La digitalización ya no es solo tener una web bonita. Es:
- Sistemas de reserva con integración de pagos
- Carta digital dinámica con actualización automática de precios
- Control de stock en tiempo real
- Canales propios de delivery, sin márgenes abusivos de terceros
- Gestión de ticket medio y rotación con datos, no intuiciones
Los formatos que integran herramientas de gestión simples pero eficaces son los que consiguen escalar sin reventar al equipo.
3. Segmentación de experiencias: no todo el mundo va al restaurante por lo mismo
La clientela se fragmenta en microtargets cada vez más definidos. Algunos ejemplos:
- Comidas funcionales a mediodía: rapidez, precio y digestión ligera.
- Cenas experienciales de fin de semana: ritual, storytelling, maridaje, espacio.
- Brunch semi profesionales: conexión social con ambiente trabajado, sin prisas.
- Delivery de confort food personalizada: platos que cuidan más que sorprenden.
Si entiendes bien qué momento de consumo cubre tu restaurante, puedes optimizar costes y vivir en rentabilidad desde el día uno.
4. Nuevas ubicaciones estratégicas
El teletrabajo parcial ha vaciado ciertos núcleos tradicionales y potenciado barrios de segunda línea, pueblos dormitorio y zonas suburbanas. Los restaurantes que antes solo sobrevivían por ubicación premium, ahora tienen que ofrecer estructura y propuesta real. A cambio, modelos bien diseñados en entornos menos saturados lo están petando gracias a alquileres más bajos y clientela fidelizada.
5. Fusión entre restauración y otros sectores
Está creciendo el movimiento de espacios híbridos: restaurantes con librería independiente, cafeterías coworking, tapas con exposición de arte local, bistrós dentro de talleres o estudios de yoga. Esta fusión permite que los negocios compartan costes y se alimenten de comunidades ya formadas. Si tu perfil encaja con algo multidisciplinar, esas fórmulas pueden ser jugosas.
¿Qué impacto tiene esto en la elección del tipo de restaurante?
No puedes montar cualquier idea antigua y esperar que funcione igual que en 2010. Hoy necesitas responder a estas preguntas antes de elegir formato:
- ¿Tu modelo permite adaptarse a delivery o take-away con facilidad?
- ¿Tienes elementos reales de sostenibilidad que puedas comunicar?
- ¿Estás ajustando tu propuesta al momento específico y al target adecuado?
- ¿Tu operativa está pensada para aprovechar herramientas digitales desde el día uno?
- ¿Ubicas tu negocio en una zona con hábitos de consumo actuales, no pasados?
Si la respuesta es no en tres o más preguntas, te estás colocando cuesta arriba desde el principio.
Recomendaciones concretas
- Si estás en ciudad mediana: Prioriza formatos funcionales, bien posicionados en delivery, como fast good o dark kitchens.
- Si estás en zona rural o de turismo natural: Dale fuerza a identidad local, kilómetro cero, experiencia relajada y calidad auténtica. La gente busca lo real.
- Si vas al público joven: Sé imbatible en digital: redes, web rápida, pago sin contacto, carta en móvil sin descargar app.
- Si apuntas a alto poder adquisitivo: Cuidado con el ego. Apuesta por concepto sólido, ejecución perfecta y estrategia fiscal. Y busca prensa sectorial, no solo Instagram.
- Si no tienes muy claro qué montar: Valida antes el modelo. Haz pop-up, pilotos, caterings limitados. No pongas 200.000 € en juego sin testeo previo.
Este año no es el año de lanzarte a ciegas. Es el año de ir afinado.
Si montas el tipo correcto de restaurante, en el lugar justo, con las herramientas adecuadas y entendiendo por qué alguien volvería a tu local o te buscaría en su móvil, tienes media batalla ganada.
Errores comunes al elegir un tipo de restaurante y cómo evitarlos
Montar un restaurante no debería ser un impulso emocional. Pero muchos caen en ese error. Imaginan el tipo de local que les gustaría visitar, no el que están en condiciones de operar con garantías. Y ahí empieza el desajuste.
El problema no es soñar. El problema es no validar el sueño con la realidad.
1. Elegir un concepto que no encaja con tus capacidades
Uno de los fallos más habituales es subestimar lo que implica cada tipo de restaurante: la complejidad del servicio, la logística, la necesidad de personal especializado, la gestión de proveedores y costes.
Abres un gastrobar sin haber gestionado nunca cocina ni proveedores. Montas una dark kitchen sin conocer el comportamiento real en delivery. Lanzas un restaurante temático sin tener ni los contactos para importar producto ni el equipo necesario para ejecutar bien la carta.
- Error: Creer que puedes con todo porque la idea “te encanta”.
- Evítalo así: Analiza de forma fría qué sabes hacer tú y qué debería hacer otro. Y si no puedes contratar o asociarte, revisa si puedes ejecutar ese concepto con tu realidad actual.
2. Invertir demasiado sin validar el modelo
Meter 150.000 € en una idea que no has testado es una temeridad. Pero pasa todos los meses. Abren a lo grande, contratan diez personas, invierten en decoración top… y luego se dan cuenta de que no hay tráfico peatonal, de que nadie entiende el menú, o de que compiten con cinco locales similares a 300 metros.
- Error: Apostar fuerte sin asegurar que hay demanda real para tu concepto exacto.
- Evítalo así: Haz pruebas. Pop-ups, eventos de catering, colaboraciones o validación en ferias. Recoge feedback. Y si el modelo gusta, entonces escala con cabeza.
3. Copiar conceptos sin ajustar al contexto local
Ver que algo funciona en Barcelona, y pensar que lo puedes calcar en León. O querer montar el mismo formato de brunch de Berlín en un barrio obrero en Murcia. El contexto manda. El público cambia. No hay fórmulas universales.
- Error: Repetir una idea sin adaptarla a los hábitos de consumo, nivel adquisitivo y cultura del lugar donde quieres abrir.
- Evítalo así: Estudia a fondo la zona. Sal a la calle. Habla con vecinos. Mira qué negocios tienen cola un martes y cuáles están vacíos un sábado. Ajusta tu idea, aunque duela.
4. No tener claro el nivel de compromiso que exige el negocio
Muchos abren un restaurante pensando que podrán delegar todo desde el principio. Luego descubren que los márgenes no dan, que el personal falla, que los proveedores aprietan, y que si no están al pie del cañón, nadie más lo hará.
No calcular bien tu rol real en el día a día puede convertir el negocio en una jaula.
- Error: Creer que puedes estar solo de “director general” sin implicarte en operación, sobre todo al inicio.
- Evítalo así: Decide de antemano si quieres un modelo que puedas operar tú, que se pueda delegar o que funcione con poco personal. Hay opciones para cada caso, pero tienes que ser honesto contigo.
5. Enamorarte del local antes de tener el concepto definido
Este es de los clásicos. Alquilas un local precioso porque está de oferta, o porque “tiene mucho potencial”, y luego te pasas meses intentando encajar un modelo de negocio que no va con el barrio, ni con el tamaño del sitio, ni con sus limitaciones técnicas.
- Error: Adaptar el concepto al local, en lugar de encontrar el local que se adapte a tu concepto.
- Evítalo así: Define bien qué tipo de restaurante puedes y quieres montar. Luego busca espacios que cumplan esos requisitos en cuanto a salida de humos, tamaño, visibilidad, permisos y condición técnica.
6. Ignorar los márgenes desde el principio
Muchos emprendedores hacen números “gordos”: si cobro 25 € por comensal y meto 40 personas por servicio, me saldrá bien. Pero no contemplan escandallos, mermas, costes de personal, seguridad social, impuestos, reparaciones, plataformas de delivery, tarjetas, licencias… y de repente el mes se hace eterno para pagar nóminas.
- Error: Montar un restaurante sin tener un plan financiero riguroso desde el día uno.
- Evítalo así: Trabaja un modelo financiero realista con alguien que sepa. Escandallos precisos, proyecciones conservadoras, y simulación de escenarios malos. Porque los buenos se venden solos, pero los malos son los que te hunden.
Todos estos errores tienen algo en común: son evitables
No necesitas ser adivino, necesitas preparación. Y parar antes de lanzarte.
- Rodéate de profesionales: asesores fiscales, cocineros con experiencia, antiguos dueños de locales similares.
- No confíes en tu intuición gastronómica únicamente: lo que te gusta comer no siempre es lo que vende más o lo que puedes gestionar.
- Valida cada decisión como si te costara 10.000 euros: porque probablemente te cueste el doble si te equivocas.
No puedes controlar si el mercado cambiará. Pero puedes reducir al mínimo el error más peligroso: abrir algo que no tiene sentido para ti mismo.
Conclusión
Si has llegado hasta aquí, ya lo sabes: montar un restaurante no es una intuición, es una estrategia bien pensada. No importa si vienes de la cocina, de las finanzas o de un hotel rural. Lo importante es que entiendas tu perfil real, seas honesto con tus expectativas y tomes decisiones en base a lo que puedes controlar, no a lo que te gustaría que fuera.
Has visto los distintos perfiles que existen en el sector, las opciones de modelos de restaurante que predominan en España, las tendencias que hoy mueven al cliente y a los números, y los errores más comunes que tumban negocios antes del primer año.
¿Cuál es tu siguiente paso? No abrir sin más. Sino reflexionar, calcular y contrastar.
Evalúate con frialdad: ¿cuánto puedes invertir? ¿Cuánto puedes aportar operativamente? ¿A quién vas a vender y por qué?
Si tienes dudas, búscate tres apoyos antes de decidir:
- Alguien que sepa de cocina para validar la propuesta gastronómica
- Alguien que sepa de números para aterrizar márgenes, costes y proyecciones
- Alguien que no tenga miedo de decirte la verdad aunque arruine la idea romántica
No estás obligado a montarlo todo tú solo. Pero sí estás obligado a no tirar el dinero por falta de planificación.
Si estás comprometido en serio con montar un negocio gastronómico que funcione, ve paso por paso, pero con decisión. Y si necesitas una mirada externa que te diga con claridad qué tiene sentido en tu caso, búscanos. Te podemos ayudar sin venderte humo.
Porque montar el tipo correcto de restaurante según tu perfil no es solo más rentable: es más sostenible, más llevadero y más tuyo.
Pablo Corral
Chef Ejecutivo | Consultor Gastronómico | Master Cuisinier por Le Cordon Bleu de Lima, Perú, con titulación en Administración de Empresas por la Universidad Complutense de Madrid. Con más de 15 años de experiencia gastronómica que lo han llevado por algunos de los restaurantes más prestigiosos del mundo, como "El DOM" y "Dalva e Dito" de Brasil, "Manifiesto" y "Hanna & Sumi" en Perú, así como por el sector del catering de alta cocina en Madrid con VE-GA Catering.